Inclusión financiera

  Bancarización

La bancarización de las mujeres es una de las vías que permitirán ir reduciendo la disparidad de género hasta tender a una sociedad más equitativa. A partir de la pandemia de Covid se vivió un aumento sostenido de este proceso, en gran medida protagonizado por las mujeres que accedieron a algún tipo de ayuda social del Estado para paliar la crisis. Sin dudas, este hecho confirma que estas se encuentran en mayor situación de informalidad laboral y precarización.



Cuando hablamos de inclusión financiera debemos considerar distintas aristas de un mismo fenómeno: en primer término el acceso a la mencionada inclusión; en segundo lugar el uso de los productos financieros en sí mismos; en tercer lugar la calidad de esos productos y finalmente, el impacto que estos productos ejercen sobre la salud financiera de las mujeres. Todos estos aspectos conviven y permiten -en conjunto- avanzar hacia una sociedad más justa. 


La mujer como jefa de hogar y administradora

Gran parte de las sociedades y en especial los gobiernos se replantean en estos tiempos el rol de la mujer como administradora de las finanzas del hogar, porque cuando una madre está empoderada, los hijos y la familia en general pueden aspirar a una mejor realidad. De hecho, en nuestro país, son muchas las madres o abuelas que tienen el rol de jefas de hogar, siendo las que ayudan prosperar a su núcleo, y al mismo tiempo aportan a la economía general. En especial cuando su actividad entra en el circuito formal. Ahí no sólo hay inclusión financiera, sino generación de valor para toda la sociedad.




Otros instrumentos a los cuáles podrá acceder en el banco son los préstamos personales, a través de los cuáles se puede acceder a montos determinados de dinero, que se devuelven en cuotas pautadas, con cierta tasa de interés. A medida que una clienta va construyendo un historial de crédito con una institución bancaria podrá ir sumando distintos beneficios para operar, como las tarjetas de crédito con las cuales acceder a descuentos, además de pagos cuotificados, o bien préstamos prendarios para la compra de bienes, entre un gran abanico de herramientas financieras. 


Cómo manejar el dinero en casa

Cuando los dos aportan al presupuesto familiar porque tienen ingresos independientes, bien vale que lleguen a un acuerdo respecto a cómo manejarán el presupuesto. Llevar cuentas integrales puede ser cansador, molesto y a veces, invasivo, por eso lo mejor es, antes que nada, hablar francamente sobre la administración de las finanzas. Una buena salida podría ser que ambos tengan una cuenta compartida y a su vez manejen su cuenta individual para mantener independencia.